
El sabio dijo al discipulo:
- ¿sabes como evitar que una gota de agua se evapore?
el hombre ya exhausto por su travesía comprendio al fin lo que el maestro habia querido decir y en un susurro, un gemido casi imperceptible, dijo...:
- Arrojandola al mar...
y su alma fue liberada.
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